Hoy, en concreto, vamos a hablar del Pterigium o pterigion, es una enfermedad inflamatoria del ojo que puede derivar en pérdida de visión si no se consigue tratar a tiempo.
El pterigium es una degeneración de la conjuntiva y se manifiesta como una carnosidad en la parte blanca del ojo, generalmente cerca del lagrimal, que llega a invadir la córnea (se puede percibir como que oculta la parte de color de nuestro ojo). No solamente puede provocar enrojecimiento y molestias importantes como sequedad e irritación, sino que también puede inducir astigmatismo que nos haga necesitar gafas y, en casos más graves, puede afectar de forma importante a la visión.
Suele aparecer en personas expuestas a la radiación solar sin protección adecuada y también se relaciona con ambientes muy calurosos, polvo, contaminación, etc. Parece tener también un componente genético. Es muy frecuente en población latinoamericana y en personas que trabajan al aire libre.
En primer lugar el síntoma más característico, es la aparición de una especie de tejido o carnosidad que comienza a crecer desde la conjuntiva hacia la esclera. La localización más típica es el área nasal de ambos ojos.
Es muy frecuente el picor, ardor, enrojecimiento y escozor.
El pterigium tiene tendencia a crecer, si llega a afectar el eje visual puede provocar astigmatismo irregular y pérdida de visión por falta de opacidad de la cornea.
Como medidas iniciales, deberemos protegernos adecuadamente del sol con una gafa homologada y tratar de evitar en la medida de lo posible los ambientes cargados y con polvo. En segundo lugar, es recomendable aumentar la hidratación de nuestros ojos.
El tratamiento médico con lágrimas artificiales o con antiinflamatorios tópicos tiene como objetivo reducir las molestias y evitar que el pterigium avance, pero nunca lo hará regresar.
El único tratamiento eficaz es la resección quirúrgica.